Hoy 6 de agosto, fecha especial para el mundo católico, la Transfiguración del Señor, ese momento de la vida de Cristo en el que la iglesia y la eternidad inciden en el tiempo y en el mundo.
Hoy, este misterio se actualiza en la comunidad viva de diferentes formas; la más importante, la acción transformadora en la esencia de la naturaleza humana.
La transformación es necesaria de mente y espíritu, para que todo fluya en aras de superar la crisis que, por efecto de la globalización afecta al mundo; utilizando la clave de la verdad, de la justicia social, para construir un mundo más generoso, más justo y más equitativo, volver a retomar los valores humanos y enfatizar en la necesidad de sembrar semillas de nueva humanidad, de compasión, de verdad, de respeto de inclusión.
María Esperanza Castro Torres pastoral de las comunicaciones vicariato.