La sociedad colombiana y en especial quienes han sido y son víctimas de la violencia y el conflicto, sufren profunda aflicción y preocupación por las masacres a las que se ve enfrentada la nación colombiana.

Bajo ésta crítica situación, la iglesia proclama la vida como sagrada e inviolable, hace presente el sufrimiento y la miseria, la falta de oportunidades y la violación de los derechos fundamentales a las que están sometidas las poblaciones.

Hace eco del llamado del Papa Francisco, exhortando a los grupos armados ilegales al cese de sus acciones violentas y convoca al pueblo colombiano a empeñarse con valentía y unidad en la defensa de la vida, en la tarea de la reconciliación y la paz y en la construcción de un proyecto común de país, desarmåndose de palabras y acciones negativas que vulneren la paz y tranquilidadhumana y de la nación, mediante acciones solidarias y expresiones sociales articuladas a los diversos esfuerzos por la construcción de paz al servicio de la humanidad, mediante el rechazo de la violencia en todas sus formas.

María Esperanza Castro Torres pastoral de las comunicaciones vicariato.