Con un un significativo acto protocolario se rindió homenaje a fecha tan importante como es el 7 de agosto, acto que tuvo cuatro momentos especiales; una emotiva celebración religiosa en la catedral, cargada de inmenso simbolismo al ser acompañado cada momento con las notas musicales de marchas marciales y las notas del himno nacional.

Ceremonia en la que se resaltó la vocación del soldado, hombres y mujeres aguerridas que se configuran en el servicio a una sociedad que clama la restauración de los valores cívicos y cristianos, donde se ofrendò el uniforme ese camuflado que se convierte en su segunda piel y las botas que les llevan a recorrer paso a paso la geografía colombiana.

En su saludo el comandante del Batallón Próspero Pinzón, coronel Jimmy Rodríguez Barajas, expresó que: el homenaje en esta fecha era un ceremonia religiosa para agradecer a Dios por 211 años de servicio del ejército colombiano al servicio de la patria, ejército que gracias a la Batalla de Boyacá el 7 de agosto de 1819 se reafirmó y consolidó para salvaguardar una nación rica y soberana como es Colombia; ejército glorioso conformado por más de 200 mil policías, más de 120 mil infantes, más de 75 mil aviadores y por más de 50 millones de habitantes de dónde provienen esos hombres sencillos y humildes, dispuestos a dar hasta la más mínima gota de sudor por la salvaguarda de su patria colombiana.

Dijo tambien el coronel Rodriguez”pedir perdón a Dios por los errores cometidos, pero también pedir fortaleza para seguir en esa misión protectora al pueblo colombiano”.

Monseñor Joselito Carreño Quiñones, como representante de la iglesia católica, expresó gratitud profunda al ejército colombiano por, su presencia en el departamento en salvaguarda de un territorio tan extenso como es Guainia, ejército que tiene un lugar especial en el corazón de la iglesia ya que prestan un servicio similar al de la iglesia, velar y proteger el bien común de todos los que habitan el hermoso país de Colombia, ofrendando sus vidas si así es necesario.

El acto protocolario culminó con un cóctel en el parque Flor de Inírida y con una escenificación o sketch representativo de su misión como guardianes y defensores de la patria; acto que estuvo acompañado musicalmente con la banda sinfónica de Inírida que cerró la ceremonia protocolario con la ejecución de una bella serenata sinfónica

María Esperanza Castro Torres pastoral de las comunicaciones vicariato.