En su homilia Monseñor Joselito Carreño Quiñones, pidió por las misiones, porque se afiancen en el corazón de cada uno de nosotros.
Pidió también por quienes se han comprometido en unión conyugal mediante el sacramento del matrimonio, para que siguiendo las enseñanzas de Jesús y con la fuerza del espíritu Santo los matrimonios, desde su hogar, acrecienten su amor conyugal y así sean y den testimonio auténtico de amor, respeto, solidaridad y compromiso.

Desde el génesis ya no son dos sino uno solo, y al momento de comprometerse como pareja se constituyen como unidad indisoluble.

Está unión implica entrega mutua y como bien lo de expresara monseñor ” lo que Dios ha unido no lo separe el hombre”.

Hoy, el compromiso del matrimonio estipulado por Jesucristo es la unión de una pareja heterosexual ( hombre, mujer) para respetarse, amarse, apoyarse el uno al otro sin cometer adulterio.

Es triste ver en este siglo XXI como impera el facilisimo y la superficialidad rechazando cualquier compromiso permanente.

Finalmente con la fuerza del espíritu Santo, expresó Monseñor, es importante conservar y acrecentar el amor conyugal para dar testimonio auténtico de la presencia de Dios a través del amor.

María Esperanza Castro Torres pastoral de las comunicaciones vicariato.