Con todo su resplandor y rodeada de hermosas flores multicolores, en un espléndido altar a la vista de todos los fieles devotos, brilló hoy La Virgen del Carmen.

Mujeres, hombres adultos y jóvenes, llegaron hoy hasta la catedral de Nuestra Señora del Carmen en Inírida, Guainía, para rendir su tributo de fe, amor y esperanza.

Monseñor Joselito Carreño Quiñones, en compañía de los sacerdotes presentes  en Inírida, presidió la Santa Misa en honor a nuestra Madre María en la advocación de la Virgen del Carmen. El Carmelo significa jardín y María es la más bella flor del jardín de Dios.

En su homilía, la invitación de monseñor fue acoger en lo más íntimo de nuestro corazón a la Virgen María, para que nos conduzca y nos acompañe en nuestro peregrinaje en la fé.

Dijo monseñor “nuestra madre María, fue el regalo más grande de Jesús a sus seguidores de todos los tiempos, al entregar a su querida madre por medio de su apóstol amado Juan para que fuese madre nuestra y la madre de la Iglesia, es la única que puede llevarnos poco a poco a ser auténticos misioneros de Jesús, imitando su fe y su oración”.

María Esperanza Castro Torres. Oficina de prensa, Vicariato

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