Ésta es una de las celebraciónes más arraigadas en Colombia; la noche de la velitas conmemora las vísperas de la Inmaculada Concepción, es decir el momento en que ella es concebida en el vientre de su querida madre Ana ya en preparación para llevar en su vientre a Jesucristo, hijo de Dios, por obra y gracia del Espíritu Santo.

Se cree que los católicos de todo el mundo encendieron velas y antorchas en honor de ese momento.

El nombre oficial de ésta celebración es fiesta de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.

En Colombia desde 1854 se festeja este día, donde las familias aprovechan ésta tradición para reunirse compartir al caer la noche, compartir alimentos y encender la calle y viviendas con la luz de las velitas; es un momento muy especial e íntimo para las personas de todas las edades.

Ésta noche marca el inicio de los festejos de navidad y por ello, es que se considera la entrada a esa etapa maravillosa de unión familiar, felicidad y esperanza que culmina el 6 de enero con la fiesta de los reyes magos. Mons. Joselito Carreño hace una invitación a que todos en el Vicariato Apostólico de Inírida y ojalá en Colombia toda al encender las velas ésta noche lo hagamos implorando a Dios que avive en los corazones de todos los colombianos la esperanza de construir una Colombia reconciliada y en paz.

Este año bajo el rigor de la pandemia, los grandes encuentros y multitudinarias reuniones están prohibidas, el llamado es a no olvidar las medidas de bioseguridad y protección, no exponerse para lamentar la partida de seres queridos, pues la Covid-19 está presente y llegó para quedarse.

María Esperanza Castro Torres Oficina de pastoral de las comunicaciones.

Actualidad