En el día internacional de la mujer indígena, se recuerda y resalta la lucha de Bartolina Sisa, indígena Aimará quien fue cruelmente asesinada  en 1782, quien representa la resistencia indígena y simboliza el pensamiento de miles de mujeres pertenecientes a los pueblos originarios.

Colombia es un estado que ha reconocido los derechos y procesos organizativos de los grupos étnicos, especialmente de las mujeres indígenas.

Para el año 2019 en Colombia se registra 246 mujeres autoridades de cabildos o resguardos, lo que equivale al 18% de mujeres como autoridades en cabildos o resguardos.

Hoy las mujeres indígenas en Colombia, han participado en la construcción de identidad y cultura indígena, conservando la armonía con la naturaleza, fomentando el cuidado y respeto al entorno ambiental; sin embargo, su lucha no ha sido fácil, ya que tienen que enfrentarse al machismo que mancilla sus derechos y viola su intimidad de mujer.

De otra parte, dentro del marco del conflicto armado interno que vive Colombia, el asesinato de mujeres y lideresas indígenas viene en aumento, situación alarmante ya que parece que, para la institucionalidad colombiana, este hecho pareciera desapercibido.

A la fecha, la violencia y militarización de las comunidades, aunada a la violencia sexual son temas de gran preocupación, pues los grupos armados ilegales y militares son los principales generadores de esta violencia en territorios indígenas, sin que el estado brinde garantía plena, para hacer respetar y valer sus derechos.

Hoy, las relaciones de poder siguen siendo fuertes en las comunidades y, los puestos de decisión importantes siguen siendo ocupados por hombres, ya que por su gran timidez, las mujeres se ven rezagadas; sin embargo hoy, poco a poco, se viene superando este problema y a pesar de esta situación, las mujeres indígenas se han ido organizando en cada una de sus regiones para hacer frente a las diferentes situaciones que les afecta de acuerdo a sus dinámicas propias.

Ante éste panorama, la iglesia católica en su misión social, es aliada incondicional de las mujeres indígenas de los diferentes países  que conforman la Amazonía, esto se vio reflejado en el reciente celebrado sínodo de la Amazonía  donde un significativo número de mujeres indígenas participaron muy activamente haciendo escuchar voces en el aula sinodal; todo  un capítulo del documento final del Sínodo es dedicado a resaltar el papel protagónico que ha jugado la mujer indígena en la obra evangelizadora de la iglesia y en el cuidado maternal de las familias indígenas.  El compromiso que asumieron los padres sinodales fue el de garantizarles la ministerialidad  de las mujeres en los diversos ámbitos de la defensa y cuidado de la vida y del sistema vivo de la Amazonía. A promover el ministerio de lideresas sociales, políticas, religiosas, educativas, culturales, ecológicas y eclesiales. Ya se creó la conferencia eclesial panmazónica que incluye   mujeres indígenas, esto quiere decir, que en la toma de decisiones a nivel global de la Amazonía las mujeres van a tener voz y voto, algo que no es común en las estructuras eclesiales de la iglesia donde ha prevalecido la toma de decisiones por los hombres.

María Esperanza Castro Torres
Oficina de pastoral de las comunicaciones

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